Comenzamos la segunda etapa de esta ilusionante aventura con un recorrido realmente exigente y largo, que se hizo aún más exigente debido al intenso calor que nos acompañó durante todo el recorrido.
El madrugón fue bastante considerable, ya que los tres estabamos despiertos muy temprano, no sabemos si por los nervios de afrontar una etapa tan dura o por el calor. En definitiva a las 7:00 estabamos prácticamente preparados para afrontar el desfío que teníamos por delante.
Salimos de Aldeanueva con los primeros rayos del sol y con las ganas de afrontar los duros puertos que nos esperaban. Llegamos a Baños de Montemayor y a partir de aquí empezó a complicarse un poco el perfil, aunque como eran las primeras pedaladas se llevó más o menos bien(hubo tramos en los que tuvimos que echar pie a tierra porque era imposible subir montado en la bici). Pasamos a la provincia de Salamanca y todo seguía igual, mucho rompepiernas pero lo importante es que los kilómetros iban cayendo poco a poco.
Llegó la hora de desayunar y hacer un merecido descanso en Valverde de Valdelacasa, habíamos superado una parte importante de la etapa, pero quedaba lo peor, sobre todo porque el calor empezaba a ser asfixiante para afrontar la segunda parte de la etapa hasta llegar al punto donde habíamos determinado el lugar donde comeríamos. El camarero del bar donde estuvimos desayunando nos comentó que lo peor ya había pasado que el tal pico de Las Dueñas más que un pico era cerro (cosa que al final se complicaría y mucho...).
Hicimos unos cuantos kilómetros más y de nuevo paramos para tomar un poco de fuerzas y reagruparnos(cosa que ha sido la tónica general). El pueblo en que decidimos parar se llamaba Fuentenoble de Salvatierra y en él fue donde empezaron los problemas y sobre todo para Fran, ya que una vez reanudada la marcha y a unos 8 km de dicho pueblo se da cuenta que se le han olvidado las gafas. Llamamos al albergue donde nos sellaron la compostela y nos verifican que las gafas se encuentra allí. Después de unos minutos de pensar sobre qué hacer, Fran decide dar la vuelta y volver a por las gafas, mientras Eme y Rubén deciden continuar la marcha con una pareja que se nos había unido.
Llegado al inicio de la ascensión del pico de las Dueñas podemos verificar que lo que nos había comentado el camarero que nos atendió en el desayuno no era lo que teníamos ante nuestros ojos, una subida dura de una vereda con mucha piedra suelta y muy grandes, además la ascensión se complicó mucho debido a la hora del día que la empezamos y el tremendo calor que hacía. Una vez llegado a la cima, no sin problemas ya que hubo que echar pie a tierra para poder ascender algunos tramos, tocaba el descenso, que al igual que la subida resultó ser muy complicado y técnico.
Para terminar nos quedaban unos kilómetros de mucho rompepiernas y con mucho calor hasta llegar al destino fijado para comer y descansar que fue San Pedro de Rozado y en este mismo pueblo decidimos ir a la piscina y pegarnos un baño y descansar de una mañana muy complicada y difícil.
Por la tarde, después de descansar y recuperar fuerzas nos quedaban unos 20 km hasta llegar a Salamanca que fueron como un paseo, después de todo lo que habíamos sufrido en la mañana. En Salamanca nos estaban esperando Jose y Upe que iban a ser nuestros afitriones esa noche, que por cierto hicieron de muy buenos afitriones.
NOTA: Etapa muy dura que os aconsejamos que no se haga como nosotros la hicimos, muy larga y después de subir los puertos de Baños y Bejar, dejar para lo último el pico de las Dueñas se hace muy pesado debido a que el ascenso a éste se hace a través de un camino muy malo.
