miércoles, 16 de octubre de 2013

Etapa nº 6 Ponferrada -- Triacastela, 75 km.

  Etapa reina y etapa que nos producía mucha inquietud e incertidumbre debido a que todas las referencias que teníamos apuntaban a que era la etapa muy dura y exigente y que una vez pasado esta ya estaba todo hecho(cosa que luego no fue así puesto que todavía quedaba el rompepiernas de subidas y bajadas de Galicia). En esta etapa ibamos a hacer frente al puerto de Piedrafita de O Cebreiro

   Como todas las mañanas iniciamos el día con los primeros rayos del sol y depués de un buen desayuno y con los nervios clásicos de saber que nos espera un día muy duro iniciamos la aventura. Una de las cosas más importante y de la que gracias a ella la etapa a resultado más llevadera dentro de la dureza resultó ser es que hemos sabido dosificar los kilómetros haciendo paradas cada 20 kilómetros hasta el inicio de la ascensión la puerto de O Cebreiro.
   
    LLegados al inicio del puerto y realizada la última parada para coger agua y descansar un poco nos disponemos a subir, cosa que cada uno realiza a su ritmo y con las fuerzas que cada uno posee. Las primeras rampas del puerto son bastante exigentes y duras. Lo importante es no cevarse y tratar de llevar el ritmo que más se adapte a cada uno. Una cosa positiva es que toda la subida se hace en asfalto debido a que no hay un camino alternativo. Las vistas son cada vez más impresionantes y cuanto más subimos mejor. Los 15 kilómetros de subida son un rosario de peregrinos, cada uno a su ritmo, también podemos encontrar manantiales de agua que bajan de lo más alto de la montaña y que ayudan a suavizar la subida. Poco a poco y sin cebarse en exceso en la subida se ve el final, el pueblo de O Cebreiro.

   Una vez terminado el puerto es lo más, ya se ha superado el gran hito que nos quedaba y la verdad es que de una forma muy buena, sufriendo pero una subida perfecta, sin mayor problema que la dureza de la misma. Ya en O Cebreiro y recuperados un poco del esfuerzo, lo mejor es una buena cerveza con limón para recuperar de todo el esfuerzo realizado. Dedidimos quedarnos en O Cebreiro a comer y disfrutar de las magníficas vistas que tenemos en todo lo alto del puerto y descansar para por la tarde afrontar dos dificultades que tambien resultaron ser buenas, como son el pico de San Roque y el pico del Pollo.

   Salvados estas dos últimas diificultades sólo que una espectacular bajada de unos 12 kilómetros por una carretera con un asfalto muy bueno que nos hizo sentir la velocidad y además disfrutar de las vistas que la propia bajada nos facilitaba. Este descenso no deja en el pueblo que habíamos decido que iba a ser el lugar donde descansar. Este pueblo era Triacastela, un pueblo muy bonito y en el que se respiraba aire de peregrinos, ya que por las calles por donde ibamos nos encrontrabamos con peregrinos. Después de buscar alojamiento, vuelta para conocer el pueblo y cervecitas con limón para recuperar fuerzas y cenar, para afrontar al día siguiente la penúltima etapa. Ya cansado pero contentos cada día más porque sabíamos que el objetivo estaba ya muy cerca.








































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