jueves, 17 de octubre de 2013

Etapa nº: 5 La Bañeza -- Ponferrada. 79 Km.

Etapa muy complicada, sobre todo en la mitad del recorrido donde, ya en tierras de leonesas, tenemos que afrontar la subida a la Cruz de Ferro donde tenemos que subir a una altura de 1500 metros de altitud. Pero antes de esto empezamos nuestra andadura en La Bañeza con pérdida incluída ya que Rubén y Eme toman un camino y Fran toma otro por lo que perdemos un tiempo muy valioso debido a que lo mejor es hacer todo los kilómetros a primera hora de la mañana para que cuando el sol más apriete llevar un buen número de kilómetros con la fresca. Esta etapa a diferencia de las otras lo que decidimos es tirar un poco para después de unos cuantos de kilómetros realizados para a desayunar, ya que la tarde antes, en la Bañeza decidimos coger fruta para la mañana siguiente. La primera parte de la etapa se hizo bastante bien, aunque prácticamente en todo el trayecto el camino iba picando para arriba. El primer objetivo fue tirar hasta Astorga y allí parar a desayunar. En este punto, aparte de entrar en la provincia de León, es donde se unen la Ruta de la Plata con el camino francés, por lo que a partir de aquí la cosa cambia y el número de preregrinos empieza a ser cada vez mayor. Una vez cogido fuerza nuestro siguiente objetivo es llegar hasta la falda del puerto de la Cruz de Ferro, descansar allí y tomar avituallamiento para afrontar la dura subida hasta la Cruz de Ferro que son aproximadamente 26 kilómetros, que con los que llevamos ya en la etapa empiezan a pesar. Paramos en el último pueblo que hay justo antes de ascender al puerto que se llama Rabanal del camino y después de unos minutos para reponer fuerzas iniciamos la ascensión. La subida, siendo una subida exigente, no se lleva del todo mal, ya que el camino por donde la hacemos es bastante bueno, muy pisado y prácticamente sin piedras sueltas, lo único destacable es que en algunos tramos de la ascensión es una vereda y ya hay que ir avisando a los peregrinos que van andando para que dejen paso, por lo que hay que ir, si cabe, todavía más antento al camino. Coronamos el puerto con una gran satisfacción de haber superado una de las primeras dificultades del camino y uno de los puntos que más respeto le teníamos. Volvemos a repetir que es una subida exigente y dura, subimos a 1500 metros de altitud, pero nos vemos ayudados por los caminos tan buenos. Una vez coronados y orgullosos de haberlo conseguido y después de las fotos de rigor, continuamos con el descenso, un descenso impresionante esta vez sólo es posible por carretera por lo que es todavía más rápido. Se trata de un descenso de unos 13 km en los que bajos 1200 metros por lo que las rampas son espectaculares( nunca habíamos bajado un descenso tan largo). Ya practicamente al final del descenso se encontraba nuestro destino, donde habíamos fijado el objetivo para comer. Se trata de un pueblo muy bonito que se llama Molinaseca y que pasa por medio un río de aguas cristalinas y frías que nos vino muy bien para descargar las piernas después de tanto esfuerzo. Comimos muy bien, nos atendió tio Juan Antonio Lineas y decir que ya se empezaba a apreciar el buen comer de los gallegos. Después de descansar y cuando la temperatura empezaba a ser soportable nos pusimos en camino para llegar al obetivo final, que era Ponferrada. La travesía fue de un paseo ya que fueron aproximadamente 6 kilómetros lo que dejamos para la tarde. En este sentido hubo un poco de controversia sobre que hacer si tirar otros 30 km más hasta Villfranca del Bierzo o parar en Ponferrada. Al final después de un rato de discisión y muy a pesar de Rubén y de Eme(había momentos en los que más que disfrutar del camino parecía que estaban compitiendo por ganar la etapa reina .,). Una vez en Ponferrada y después de visitar el albergue tan grande que había y sellar los pasaportes, decidimos buscar algo más tranquilo donde pudieramos descansar mejor para afrontar la etapa tan dura que teníamos por delante al día siguiente. Visitamos la ciudad de los templarios, merece la pena concerla y cena y a pensar en el día siguiente. NOTA: En la ascensión coincidimos con el padre y el hijo que en tierras zamoranas habíamos coincidido ya; también coindimos con un grupo de chicos(6 o 7) que ibamos a juntarnos varias veces desde aquí hasta Santiago y que nos reordaban tiemps pasados.






































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