En esta etapa nos acompaña con la bicicleta nuestro esplendido anfitrión en Salamanca Jose, que hace la primera parte de la etapa a nuestro lado(Salamanca-Zamora).
Etapa aparentemente fácil (trayecto muy monotono, con rectas interminables y sin apenas vegetación), que se puede complicar con las rachas de viento que suele soplar en esta parte de la geografía española y prueba de ello es la cantidad de molinos de viento que nos vamos encontrando a lo largo de todo el recorrido.La salida la realizamos a la misma hora que el día anterior y después de un buen desayuno en casa de Jose y Upe nos ponemos en marcha.
Nos encontramos con caminos muy buenos sin ninguna complicación en cuanto a la composición de los mismo (caminos muy pisados, duros y sin prácticamente piedras sueltas), lo que nos permite mejorar el horario previsto. Después de recorrer aproximadamente unos 40 km llega la hora de reponer fuerzas y desayunar en un pueblo que se llama Cubo de la Tierra del Vino.
Una vez cogido fuerzas emprendemos de nuevo la marcha para llegar a Zamora sin más complicaciones que los 32 km que nos quedaban, siendo ésto prácticamente llanos. Ya en Zamora y debido al adelanto que traíamos acumulado nos dio tiempo a hacer turismo en Zamora, conociendo los lugares más significativos; para terminar en la plaza sentados en un terraza y tomando unas cervecitas bien merecidas.
Estando en Zamora se nos une une chico gallego que viene desde Mérida haciendo el camino sanabrés, decide apuntarse con nosotros durante lo que queda de día. Después de despedir a nuestros amigo Jose y Upe y darles las gracias por su fantástica acogida, decidimos salir de Zamora y comer en las piscinas de un pueblo que se encuentra escasamente a 3 km y que se llama Roales del Pan , para poder refrescarnos y descansar para realizar la segunda parte de la etapa del día más relajados y fresco.
Después de una buena comida y un merecido descanso emprendemos la parte final de la etapa para dormir en Montamarta que, al igual que la primera parte de la etapa resulta llevadera sin prácticamente dificultades. Ya en Montamarta buscamos el albergue que teníamos reservado, nos acomodamos y duchamos y salimos a conocer el pueblo y cenar, para volver al albergue a descansar para afrontar con fuerza la siguiente etapa.
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